miércoles, 9 de junio de 2010

ERASE UNA VEZ QUE NO SE ERA...

Hoy está nublado y hace un frío de ovarios. Me pica la garganta, me duele el hombro y tengo un pie jodido. Estoy como si viniese de Flandes.

Y tengo más sueño que veinte viejas.

Que me ha faltao mi té. Otro día me traigo el termo. Mi termo. Mi maravilloso y amado termo... mmm... jo... cómo lo echo de menos... snif snif...

Bueno, a lo que yo iba, que veo una parra y me subo que echo mistos. Venía yo hoy a preguntaros ¿no os extraña que ya no hable ni de Cuarto Milenio, ni del Eje del Mal, ni de tal y ni de cual?

¿Me habré convertido en una mujer hecha y derecha, con nulas propiedades cotilleriles y despellejadoras?

¿Mi mente se habrá iluminado y habrá encontrado por fin el verdadero camino que quiero darle a este blog y, a partir de este momento, lo llenaré de textos interesantes, contrastados e incluso didácticos?

Pues no. Mis motivos para dejar de cotillear y abandonar a mis personajes favoritos son muchos más simples y sentimentales. Se cerró la historia porque parece que el tema va en serio.


Ya no habrá más culebrón entre la Abducida y el Ovni. Lo habrá en la vida real, eso si duda. Pero aquí no. Mi tierno corazoncito pensaba que algún día todo se solucionaría y yo podría sentarme con ella y enseñarle todo esto, cada entrada escrita con histeria y paranoia. Escribía sobre ella básicamente porque estaba preocupada, pero el tiempo está pasando y esto tiende a infinito. Me rindo.

Tampoco habrá más pulsos con la Líder. Me he cansado de escribir sobre tanto tira y afloja. Esa es la vida que quieren llevar y no soy quien para llevarles la contraria. Además, siempre lo he dicho: los del Eje del Mal son los que mejor se lo están montando. Hacen su vida, avanzan, conocen gente, desconocen gente y ahí van. Las quejas se repiten, pero tampoco soy yo el mejor ejemplo para eso. Tengo las mismas quejas desde los tres años.

Y los demás eran personajes secundarios y puntuales. Tampoco hay que extrañarse si alguna vez aparecen de forma extaordinaria aparecen. Pero será seguramente en plan "fuimos a aquel sitio", "me los encontré", etc etc.

Quizás me arrepienta un poquito de haber escrito sobre ellos. De hecho, en estas semanas he vagado por el historial mirando entradas y pensando si borrarlas o no. Me da pena, pero no puedo llegar a afirmar que no lo vaya a hacer en algún momento de inspiración.

Todo esto viene a cuento de que hace unos días, uno de estos mis personajes me pidió ayuda para salir de su estancamiento. Me apliqué como solamente una paranoica que cree que ve el final del túnel podría hacerlo. Después de ello, mi ayuda se entendió como excesiva. Así que saqué mi maravillosa varita mágica (léase, privado del puto tuenti) y le di a mi ayuda un cierto toque Disney que destrozó por completo sus efectos.

Así que todo sigue como antes.

Todo el mundo tiene derecho a equivocarse. Defiendo los errores por encima de todas las cosas. No sería como soy si no me hubiera equivocado taaaanto y tan profundamente. Y pasaría por lo mismo para llegar a donde estoy ahora. Quizás pasaría con más arte y glamour (no cabe duda XD) pero no me saltaría nada.

El problema está en cuando tú ves un error y la otra persona no. El problema empieza a aparecer cuando el mundo ve que hay un error y la otra persona no. El problema se convierte en crucial cuando el Discovery Channel se plantea hacer una superproducción sobre el error y la otra persona no lo ve.

Yo paso de ayudar más a la gente. En un caso no me lo pidieron y no lo pensaba hacer (no me meto donde no me llaman) y en el otro caso no están seguros de lo que quieren o temen sus efectos; los quieren tan suaves y tersos como el culo de Ana Rosa Quintana y yo no llego a tanto.

En plan defensora de mis entradas telecinqueras, decir que no fueron nunca destructivas, sino constructivas. Y para eso llamo al estrado al testigo por excelencia, el ser todo-social. Como ya sabe quién es y algún día podrá usar con total privacidad su nombre gmailero, que suba y haga su declaración XDD

Pero esto no tiene que resultar tan patético, deprimente y grisáceo como me está resultado al escribirlo... Ya hemos dejado claro que equivocarse es bueno y, por lo tanto, no hemos de perder la esperanza. Con lo cual, venga, vayamos todos a equivocarnos y a evolucionar como personas, que es gratis.

P.D. Qué temazo he escogido para esta entrada... Es tan apropiado que me voy un rato a aplaudirme y a lanzarme pétalos de flores.

2 comentarios:

shopgirl dijo...

Yo no borro las entradas, las guardo como borrador. Pierdo los comentarios, pero quedan ahí, por si le tengo que echar algo en cara a alguien, para acordarme de lo que pasó. Soy una rencorosa de mierda xDDD

Y ademas hay gente que no entiende las criticas constructivas y se pueden molestar, asi que no esta de mas que alguna vez se pase la censura al blog.

Y como no tengo más que decir sobre este tema porque no conozco a los implicados, y no entiendo eso que dices del toque Disney, te diré que en general, y desde la experiencia, cuando uno ve el error y otro no, apaga y vamonos, no va a verlo aunque se lo pongas por delante. Y a no ser que tú pases y asumas que no hay error que valga lo que sea no se va a solucionar. Pero como ya te digo, estoy divagando porque no se de qué va la historia.

Eso sí, dejar de despellejar a la peña en tu blog puede hacer que caiga en picado. Y si no mira el mio xDD

Irene Adler dijo...

Oh! guardar en borrador!!! Buena idea... Ya me veía yo dándole a Control+c, control+v y guardándolo en word XDDD T-T

Sí, yo ya no los llamo errores, si no "formas de vivir la vida". Allá cada uno con lo suyoooooooo!!!

Tía, tienes razón. La base de este blog era destripar y aterrar. Ahora qué??? Al menos tú puedes hablar de series. Yo puedo hablar de motas de polvo. Oh. Oh. Oh. Ya tengo tema para una nueva entrada XDDD