viernes, 4 de abril de 2008

SUMMER OF 69 (BRYAN ADAMS)



Sí... estuve oyendo el disco A day like today... sólo por el hecho de que viene este verano por estos lares y el morbo de poner una cinta, que ya era hora de estrenar la pletina XD.

Ese disco es una mierda. A-bu-rri-dí-si-mo. Creo que el único que me gusta es So far so good. Esa cinta va a ir a la basurilia... Estoy harta de guardar mierda y chismes, así que...

Hay que ir a ese concierto, pero no sé si me apetece. La verdad es que va a costar un pastón y que las canciones nuevas que tenga ni me las sé, ni voy a hacer ningún esfuerzo. ¿Sólo voy a ir por la niña de 13 años que llevo dentro?

Bueno... esa era la edad en que lo seguía... Please forgive me y todo eso. Luego llegó el instituto. Una tarde en que yo estaba con esa bruja que vive en la calle Veleta (¿eramos amigas?...), mi hermano subió las escaleras con algo que se había comprado. La cinta de BIG ONES, con ese luchador de sumo... ^^ ¡Qué recuerdos!

Pues eso, que hay que ir... pero que no quiero... pero, ¿y si luego me arrepiento? Tengo por jodida casualidad la canción de All for love en el mp4 y, cada vez que sale, la paso. Y eso desde antes de saber que venía...

Es viernes tarde. Hoy estoy solita. En la plaza empieza a aparecer gente. Gente masoca. Hace una calor de mil demonios. Yo he tenido que leer sentada en un macetero, o cosa de hormigón, o jardincillo, para lograr estar tapada por un semi-árbol. Un grupo de abuelas se ha pillado el ÚNICO banco con sombra.

No entiendo el libro que me estoy leyendo. Es De Profundis, de Wilde. No lo entiendo, porque no es una carta. Es un "te voy a echar en cara, día a día, frase a frase, punto por punto, todo lo cabronazo que has sido conmigo". En un principio: fuiste muy malo conmigo, yo lo veía, pero no podía huir de ti. Y por donde voy, fue culpa mía, yo me lo busqué. Gran verdad. Quizás sea éste un reflejo de todas esas relaciones autodestructivas, que están muy de moda ahora...


Y al principio se declara agnóstico, y lo veo bien. Pero después empieza a alabar a Jesús y a hablar como un católico. Lo cual yo también veo bien.

Pero, por más que lo vea bien, no lo entiendo. De acuerdo que, después de 100 páginas, uno puede cambiar de opinión. Pero si el lector quiere sacar algo claro de esto, no puede. Bueno, YO no puedo. Que luego habrá mucha gente inteligente que descubra hasta la fórmula de la cocacola en el libro, pero yo no.

Tengo ganas de terminarlo... Pero tengo miedo del libro que viene a continuación: Cuentos fantásticos, de Kafka (creo). Así que... esperemos que no se parezcan.

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