COMO LA PANTOJA

Hay algo que ocurre en toditas las familias. Es el llamado Efecto BBC (Boda-Bautizo-Comunión). Esto se refiere al hecho de que en cualquier celebración de este tipo, aparece un familiar que aprovecha para asaltar tu tranquilidad y preguntarte:

- Y tú, ¿cuándo te vas a echar ya novio?

Por mi parte, además yo contaba con mi maravillosa Prima Calva, una tia wenorra (pero que me dejen de gilipolleces, el pelo le nace cerca de la nuca) que tenía un supermeganovio, una supermegatalla36, un supermegacurro y un supermegapiso. Y la muy zorra es de mi edad.

Al principio yo contestaba con argumentos feministas e independentistas. Cosa que les encanta, porque ahí creen ellos ver un deje de amarguismo, aunque no sea cierto, porque en todos mis estados sociales yo siempre me he sentido igual de paranoica, amos! Mis mejores frases eran:

• No voy a salir de la casa de un tío (mi pae) pa meterme en la de otro (novio).
• No me han educado para lavar calzoncillos.

Al paso del tiempo, el compromiso de mi Prima Calva alcanzó grado sumo. Todo evoluciona en la vida. Y tanto evolucionó la relación que surgieron cuernos hasta dentro del microondas, el culebrón comenzó, rompieron y nunca sabremos la verdad de la historia.

Entonces, en la primera boda en la que ella iba solita y yo con el sueco, el aire se llenó de magia. Todos aquellos familiares que aparecían de pronto, como fruto de un sortilegio, de detrás de los setos, NO APARECIERON. XDDDD Lo que es más cómico, mi Prima Calva me dio dos besos y huyó despavorida detrás de su mamá. Creo que el hecho de estar en desventaja (para nuestra family) le jodió bastante. XDDDD

Pero después de la fase Novio, el Efecto BBC sigue su marcha. Lo curioso es que nunca me preguntaron cuándo me casaba, sino por qué me casaba por la iglesia. Ahora que todos se han cansado de que les ignore, han entrado en la nueva etapa. Una terrorífica etapa. Una acojonante etapa.

Una etapa en la que la gente me rodea con micrófonos y cámaras de televisión, corren para pillarme antes de que me meta en mi coche, o me esperan a la salida del aeropuerto, incluso me los encuentro en el portal de mi piso, llamándome al portero, con un micrófono con el logo del tomate:

- Dentro de nada el primer crío, ¿no?

¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?¿QUÉ?

¿ESTAMOS LOCOS?

Vecinas del sueco, clientas, Big Boss...

Lo peor es cuando me lo sueltan delante de alguien que es mamá desde hace poco. Entonces tienes que controlar la cara de crispación y soltar: No, gracias. Mi hermana va a traer otro, así que me entretengo con eso.

Encima hay algunas que se empecinan:
- No, voy a esperar a los 33 lo menos.
- Sí, eso decía mi nuera y al año de casados, plam!!
- Tengo un piso de dos habitaciones y no me cabe el niño. Cuando ahorre pa la casa, ya veremos. (y mirada de odio, qué coño me importará su nuera). Que no está la cosa como pa tanto.

Y a veces se callan.